Debido al momento en el que nos encontramos como sociedad, la administración del tiempo que compartimos con quienes vivimos se puede volver en ocasiones tedioso y difícil de llevar; fácilmente se pueden presentar reacciones fuertes por las condiciones de encerramiento que estamos afrontando en nuestro día a día. El no poder tener un momento de aislamiento por estar con otras personas en el mismo espacio y las múltiples obligaciones que surgen, pueden generar que seamos más propensos a irritarnos. Es por ello que compartimos con ustedes estrategias para mantener una sana convivencia en el hogar:
Debido al momento en el que nos encontramos como sociedad, la administración del tiempo que compartimos con quienes vivimos se puede volver en ocasiones tedioso y difícil de llevar; fácilmente se pueden presentar reacciones fuertes por las condiciones de encerramiento que estamos afrontando en nuestro día a día. El no poder tener un momento de aislamiento por estar con otras personas en el mismo espacio y las múltiples obligaciones que surgen, pueden generar que seamos más propensos a irritarnos. Es por ello que compartimos con ustedes estrategias para mantener una sana convivencia en el hogar:
Mantener una buena salud física es vital para nuestra salud mental: Llevar una alimentación balanceada, mantener rutinas de sueño saludables y realizar actividad física diaria permiten que nuestro cuerpo se oxigene y continúe trabajando de manera adecuada. Es importante reducir el consumo de cafeína, alcohol y otras sustancias que puedan generar dependencia y sustituirlos por ejercicio que permite liberar estrés y tensión.
La importancia de establecer rutinas y normas: Tener rutinas establecidas para todos los miembros con quienes convivimos permite que cada uno tenga un orden y ritmo de trabajo claro. Hacer la distribución de los espacios disponibles en casa y estipular para qué se utilizarán en cada momento genera un mejor ambiente de trabajo. Es importante también resaltar que el aseo tanto personal como en casa es importante para sentirnos mejor, tanto con nosotros mismos como con el espacio que compartimos.
Negociar los tiempos en casa y practicar el autocuidado: Debe haber una intencionalidad en negociar cómo se van a distribuir los tiempos y los espacios, ya que se debe tener en cuenta el aspecto personal y el familiar. Sacar tiempo para nosotros mismos y practicar actividades que disfrutamos también hace parte del autocuidado que debemos tener para mantener una sana convivencia. El poder expresar cuando se necesite un espacio o tiempo para sí mismo es crucial, ya que en ocasiones puede resultar abrumador la falta de tiempo y espacio personal.
La comunicación: Conservar una comunicación cordial y asertiva es de vital importancia para mantener una sana coexistencia. Los problemas de convivencia son inevitables, sin embargo es importante manejarlos de manera respetuosa y buscando un mutuo acuerdo practicando la empatía. Así mismo, manejar siempre un tono de voz adecuado cuando se presenten conflictos y no enfocarnos en ellos, sino en las soluciones.
Por: Carolina Rusinque, Líder Learning Support Center
