Existen diversas formas de acceder al conocimiento si pensamos en facilitar este proceso para nuestros chiquitos que apenas inician el camino de descubrir el mundo en sus primeros años de vida escolar.
Sabemos que en el rol de padres, debes siempre tener la disponibilidad de atender las necesidades de tus hijos, sin embargo y conforme pasa el tiempo, se hace imprescindible que empieces a creer más en sus capacidades y posibilidad de hacer las cosas por sí mismos, sin requerir de tu ayuda. Este tipo de autonomía es determinante también para su crecimiento personal y para que cada uno se convierta en protagonista de su propio aprendizaje.
Comprometidos con esta necesidad, en el Vermont School nos encontramos en el proceso de certificación en el Currículum Highscope para Preescolar.
Tabla de contenido
- Qué es la autonomía en los niños
- Cómo potenciar la independencia en los niños
- Beneficios de nuestra metodología Highscope
- ¿Desde el rol de padres cómo puedes aprovechar la metodología Highscope en casa?
- Highscope en casa y en el colegio
- Recomendaciones para trabajar en casa.
Es la capacidad que los niños adquieren a lo largo de su proceso de aprendizaje para realizar por sí mismo todas aquellas tareas que se les encomienda desde casa y en el aula de clase. Que a su edad adquieran autonomía es impredecible para su desarrollo.
¿Sabías que un niño entrenado para ser independiente tiene un mayor deseo de alcanzar grandeza dentro y fuera del colegio? Entonces en lugar de elegir cómo debe vestir tu hijo, deja que él o ella escoja lo que desearía usar. Esta oportunidad de elegir entre dos o más opciones les permite saber que pueden tener ideas propias y ser apoyados porque estas importan.
La Dra. Tovah Klein, -Ph.D. directora del Barnard College Center y profesora de psicología en Barnard College, universidad de Columbia- dice que dejar a nuestros hijos elegir los ayuda a desarrollar habilidades de toma de decisiones y también independencia. Tienes que ser paciente mientras él se decide.
Esta metodología ayuda a desarrollar en los niños la capacidad de pensamiento activo. Les permite crecer en un entorno en el que ellos mismos son los actores principales de su vida y los ayuda a tomar decisiones por sí mismos para llevar a cabo tareas sencillas en su cotidianidad.
Asimismo, y desde la perspectiva pedagógica y psico-funcional, ayuda a que los niños desarrollen pensamiento crítico y capacidad de resolución de problemas.
Como este tipo de aprendizaje es experiencial, es decir, todo el tiempo se aprende por el hacer, cada experiencia que tengan en casa con objetos, personas o vivencias serán un escenario potencial para estimular su autonomía. El hecho mismo de apreciar el mundo tocando, viendo, relacionándose con otros niños y haciendo trabajo conjunto les permitirá crecer en lo emocional, social y cognitivo.
Para iniciar en este proceso, te recomendamos crear un espacio similar a una sala de experimentos o experiencias en casa donde ellos encuentren elementos que estén relacionados con diferentes tipos de actividades entre las que podrán elegir cada día.
Ten para ellos objetos relacionados con deporte, arte, música, ciencia y resolución de problemas o análisis creativo. De esta manera, tu niño podrá hacer su primera elección acerca de “eso que quiere hacer” y sentirá que está tomando decisiones importantes para iniciar su día; esto en lugar de decirle, “recuerda que tienes que organizar tu cuarto”, puede ser un buen iniciador de energía para ellos.
La parte en que tú como padre empiezas a participar de este proceso es en la ayuda de actividades particulares que estarán ligadas a cada una de esas grandes temáticas que ya mencionamos. Así, en el caso en que tu niño elija el tema “ciencia”, podrías tener en un previo listado una actividad a la que llames por ejemplo, “cocina en llamas” con retos para que el te ayude a “terminar un plato” y sienta que logró una acción que antes no hubiese sido capaz de realizar.
Recuerda siempre que estas actividades requieren de tu supervisión.
Es importante que al terminar de realizar la actividad puedas hacer una ronda de preguntas en la que el pequeño pueda hablar de la experiencia, lo que le gustó, lo que no tanto; con esa información creas un tablero de experiencias, en donde tu hijo y tu puedan escribir y visualizar todo lo aprendido, por ejemplo en un mes. Esto te ayudará a entender cuánto ha crecido y cómo ese crecimiento ha sido producto de sus decisiones apoyado por tu ayuda como padre. Indirectamente el lazo afectivo y emocional se hará más fuerte pues el pequeño se sentirá respaldado todo el tiempo.
En resumen, el conocimiento basado en la experiencia individual, exploración del entorno y autonomía para decidir, permitirá a tus hijos desenvolverse como personas activas y curiosas en la etapa escolar. Además, sembrará en ellos la reflexión acerca de lo cotidiano y desarrollará la capacidad de pensamiento crítico para sacar sus propias conclusiones acerca de la vida.
A este juego lo llamamos “veo veo ¿qué ves?», y puedes hacer uso de él para enseñarle a tu hijo a identificar formas y colores.
Objetivo: descubrir un objeto que cada jugador elige a partir de la descripción que se haga del mismo.
Elegir un objeto de la habitación o del entorno y empezar a describirlo poco a poco a través de pistas que ayuden al otro a descubrir qué es aquello que se describe.
Las pistas deberán ser sencillas para que tu hijo pueda encontrar el objeto con un grado de dificultad normal. No puede ser ni lo más sencillo, ni tampoco lo más complicado.
Las pistas pueden incluir colores, tamaños, formas, o lugar donde puede estar el objeto; usa tu creatividad para que el pequeño pueda encontrar el objeto.
Determina la cantidad de veces que se elegirán objetos antes de concluir el juego. Haz una pausa en el turno antes que el juego vaya a terminar y recuérdale que eso va a suceder para que exista la oportunidad de cerrar la actividad sin que quede inconclusa.
El ganador (si deseas que alguien gane) será aquel que encuentre mayor cantidad de objetos a partir de la descripción que el otro haga.
