En Mayo 21 de 2018, la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), publicó el estudio realizado por científicos de la Universidad del Estado de Nueva Jersey, en el cual realizaron el mayor censo de las especies que conforman nuestro ecosistema planetario (Biosfera).
Los datos obtenidos en el estudio son contundentes, de los 7.500 millones de personas que habitamos el planeta, los humanos solo somos el 0.01% del total de las especies (prácticamente nada), los datos obtenidos validan la conclusión de ser la especie más destructiva de todo el planeta. Aunque la especie humana constituye solo el 0.01% del total de la masa viva (Biomasa), hasta el momento el hombre ya acabó con el 83% de los mamíferos salvajes, el 80% de los mamíferos marinos, el 50% de las plantas y el 15% de los peces.
Indica el estudio que toda ésta capacidad destructiva se produjo después de los cambios generados por la Revolución Industrial, a finales del siglo XVIII.
La importancia del estudio radica en que es la primera vez que se estudia la distribución de la biomasa (Todos los seres vivos) en el planeta, y por ende entender mejor cuál es la huella del hombre en la naturaleza. (ver gráfico).
El total de la biomasa de seres vivos en la Tierra es de 550 giga toneladas de carbono (es decir, 550.000 millones de toneladas).
El 86% de esta biomasa se encuentra en tierra firme, el 13% bajo tierra y el 1% en los océanos.
Las plantas son el 82% de toda la materia de la Tierra, siendo la principal fuente de vida. El segundo lugar lo ocupan las bacterias, con el 13% y el último lugar los hongos y animales (donde, claro, estamos incluidos) con apenas un 5%.
Pero otro de los problemas que el estudio evidencia es que la vida en estado salvaje está sufriendo una fuerte contracción: por ejemplo, sólo el 30% de los pájaros son silvestres, el 70% restante son las aves de corral criadas para alimentación. De los mamíferos, 60% son el ganado porcino, vacuno y de otras especies de granja, y sólo el 4% son animales salvajes. El 36% que queda es el hombre.
Este censo biológico se efectuó con la asistencia de técnicas como la teledetección por satélite o la secuenciación genética (para evaluar el alcance de los microorganismos) y por el análisis de ADN en las aguas y suelos. De esta forma permitió establecer las especies presentes en el planeta, así como su densidad.
Todo esto tiene que ver con una explotación de especies desmedida para la producción y el consumo humano.
Aunque se incluyeron los virus dentro del censo, es claro que no son considerados seres vivos.
Está claro que, aunque somos los menos, el daño que le hemos hecho a la tierra es inmensamente grande y en muchos casos irreparable.
Tomado de: http://www.pnas.org/content/early/2018/05/15/1711842115
Departamento de Ciencias, Colegio Gimnasio Vermont Medellin.
Oportunidades naturales: Escúchale y muéstrale interés cuando se hable acerca de conflictos o situaciones difíciles. Acá algunos ejemplos:
– Cuando un hijo nos cuente una historia del colegio tal como: “Hoy Juan golpeó a Miguel”, podemos preguntarle ¿por qué cree que tu compañero quiso golpear al otro? ¿Por qué cree que tuvo que reaccionar de esa forma? ¿Cómo pudo haber resuelto la situación Juan sin necesidad de golpear a Miguel?
– Cuando un hijo te diga “¡Guácala! Ana vomitó hoy en el colegio”, podemos preguntarle ¿Cómo crees que se sintió ella al no poder evitarlo? ¿Cómo crees que se sintió cuando todos los compañeros de clase dijeron ¡Guácala!
Hablar con él con naturalidad: sobre cómo nos sentimos o no reprimiendo nuestra tristeza cuando tenemos un mal día. Poco a poco, nuestros hijos aprenderán a reconocer sus propias emociones y a exteriorizarlas siguiendo nuestro ejemplo. Mientras son pequeños, puedes ayudarles a que se vayan soltando con frases como:
-Pareces enfadado, ¿quieres contarme que te ocurre? ¿te has puesto nervioso en esta situación? Te noto triste, ¿quieres hablar de ello?…
Dar juntos: Salir de compras con tu hijo para otras personas y preguntarle: ¿Qué crees que le gustaría a (un primo, o una tía) de regalo?
– Hacer o crear juntos cartas de agradecimiento, de saludo o de invitación a alguna reunión familiar. Ejemplo, si al primo Miguel le gustan los automóviles, entonces en su carta dibujar un carro para invitarlo a una cena de primos.
Amplía su rango de visión: Enséñale a tu hijo a pensar en personas que no están en su círculo más cercano.
-Podemos usar historias que vemos en la televisión para iniciar conversaciones sobre los desafíos de las personas en otras regiones y países. Así los animarás a crear afinidad por aquellos en situaciones vulnerables, como niños que viven en pobreza extrema o que sufren bullying.
-Pensar juntos en una forma de ayudar a alguien.
-Participar en las actividades en beneficio de la comunidad que realiza el colegio, ya sea visitar un hogar infantil y llevar juegos a los niños que viven allí, recoger alimentos para los más necesitados, etc.
– Podemos apuntarles a actividades extracurriculares que fomenten la empatía con los niños de su misma edad, como el futbol, el baloncesto o el ballet.
#wecreate La empatía se aprende y se practica.
Los niños empáticos son más comunicativos porque saben expresar sus emociones y tiene mayor autoestima porque se sienten seguros, por eso, es muy importante que aprendan a escuchar y a ser observadores.
Por: Comunicaciones Vermont School.