Cada vez más, las familias reconocen el valor de esos primeros vínculos que marcan toda una vida. Durante los primeros meses de vida, el cerebro de un bebé tiene una capacidad extraordinaria: crea hasta 1.000 nuevas conexiones neuronales por segundo, según UNICEF. Este momento, conocido como neuroplasticidad, es el punto de partida de todo su aprendizaje, de su manera de sentir y de relacionarse con el mundo. Por eso, cada experiencia importa. Un abrazo, una canción antes de dormir, una palabra repetida con cariño… todo suma. La estimulación temprana de calidad no se trata solo de “enseñar”, sino de acompañar con amor y propósito el desarrollo natural del cerebro.
En Vermont School, entendemos que los primeros pasos del desarrollo no comienzan al caminar, sino mucho antes: en el vínculo, en la seguridad y en la confianza, por eso creamos Early Steps, un programa de estimulación temprana diseñado para bebés entre 3 y 12 meses, donde cada actividad está pensada para fortalecer las habilidades que florecen en esta etapa mágica.
Desde la neuroeducación y el bienestar emocional, acompañamos a las familias para que cada pequeño logro se convierta en una gran conquista:
- Vínculo afectivo: cada mirada, cada contacto, cada gesto construye la seguridad emocional de tu bebé.
- Desarrollo motor: el movimiento se convierte en juego, el juego en aprendizaje, y el aprendizaje en confianza.
- Procesamiento sensorial: colores, texturas y sonidos estimulan su curiosidad y conectan sus sentidos con el entorno.
- Comunicación temprana: guiamos los primeros sonidos y palabras, fortaleciendo la conexión emocional a través del lenguaje.
Según el Center on the Developing Child de la Universidad de Harvard, el cerebro se forma a partir de las experiencias tempranas y las relaciones afectivas estables. Eso significa que los momentos más simples (hablarles, cantarles, permitirles explorar con sus manos o mirarlos a los ojos) son los que realmente construyen su arquitectura cerebral.
En Early Steps, convertimos esas experiencias cotidianas en oportunidades de desarrollo, acompañadas por profesionales que entienden que cada bebé tiene su propio ritmo y cada familia, su propio camino. Por eso en Vermont School, encontrarás un entorno cálido, seguro y lleno de propósito, donde la ciencia se une con el amor para impulsar su crecimiento desde el primer instante.
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